La historia y diseño detrás del anillo de compromiso.

Su origen se remonta a tiempos romanos, donde los adornos y diseños que hoy conocemos, aún no figuraban en el panorama estructural. Se trataba de una sencilla banda de hierro que se llevaba en el dedo anular de la mano izquierda, para conectar con el corazón a través de la “vena amoris”.
El significado con el que contaba esta primera banda es el mismo que ha sobrevivido hasta nuestros días, la unión a través de la promesa de respeto y compromiso. Con la llegada de la edad media, el uso de metales y pedrería preciosa, lo volvió exclusivo de la nobleza y familias adineradas.
No sería hasta el siglo XV que aparecerían los anillos con diamantes, ya que la rareza de dicha piedra los hacía casi imposibles de conseguir. El primero en entregar un anillo con este mineral precioso sería Maximiliano de Austria, en el año 1477, al pedir matrimonio a María, hija del Duque de Borgoña.
Con el descubrimiento de las minas de diamantes en América y África, el auge del resto de gemas sería cada vez menor, aunque no desaparecería. Pese a estos cambios de materiales y facilidad de obtención de los minerales, los anillos de compromiso seguirían siendo material de nobleza hasta la segunda mitad del siglo XX.
Con el auge económico posterior a la Segunda Guerra Mundial, el poder adquisitivo de la población mundial aumentaría. Esto aunado a la promoción realizada por las películas, haría que los anillos de compromiso se volvieran populares.
En cuanto a temas de diseño, hay una gran variedad de estilos que pueden ser encontrados en las argollas de compromiso. Sin embargo, las partes básicas son iguales sin importar la forma, tamaño o piedra que lleven.
La anatomía básica consiste en una piedra principal, misma que va a determinar el resto de la composición del anillo. Ya que su corte, dureza y tamaño van a determinar el tipo de montura que se deba utilizar. El diamante es el favorito, aunque también se pueden encontrar zafiros, esmeraldas, amatistas, rubíes, entre otras.
Una vez seleccionada la piedra principal se da paso a la montura, misma que se divide en tres partes principales. El vástago, aro o banda, es el cuerpo principal del anillo y responsable de dar estructura a toda la pieza.
Se pueden encontrar diferentes diseños de vástago, desde los más tradicionales, hasta los más complejos y estilizados. La forma y materiales de esta pieza debe ser considerada al momento de seleccionar el anillo de matrimonio, ya que no sólo deben tener una armonía visual, sino también un ajuste ergonómico adecuado.
Posteriormente se encuentran los ajustes, encargados de volver una sola pieza el vástago y la piedra. El diseño de los mismos, así como el tipo de engarce que se va a tener, dependerá totalmente de las propiedades de la gema seleccionada.
Por último, se encuentra la galería, una sección totalmente opcional ya que consiste en un conjunto de piedras de menor tamaño, mismas que complementarán a la joya principal. Aunque se pueden encontrar anillos de compromiso con este elemento, se encuentran con mayor frecuencia en otros tipos de anillo.
Una vez que ya conoces estos datos importantes en la composición del anillo de compromiso, sólo resta seleccionar el adecuado y esperar un sí por respuesta.
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