Carta a mi ex.

El día de hoy en nuestro blog, queremos mostrarles la carta que una de nuestras seguidoras le dedica a su ex, porque como bien dicen el amor aunque la relación termine, es eterno.

Cuando cumplí 15 años pensaba que había vivido muchas cosas, sin embargo la realidad era totalmente distinta. Me faltaban experiencias y sueños que cumplir. Siempre he sido la típica persona que se quiere comer el mundo entero, de un solo bocado, por lo que siempre estoy inquieta.

Muchas personas me decían que bajara de ritmo, ya que todo lo que nos debe de pasar, sería a su debido tiempo. ¡Claro! nunca hice caso.

Vivía día tras día como si fuera una aventura nueva. Siempre he sido una persona muy abierta y me encanta conocer gente, pero no de la manera superficial, me gustaba escuchar sus historias, conocer sus miedos y sueños, sin embargo, lo que más me gustaba, es que confíen en mí y me muestren ese lado que no se le enseña a cualquier persona, lo real.

Te conocí en tu casa en una fiesta. Al verte moría por cruzar al menos dos palabras contigo, lo más gracioso fue que ninguno de los dos teníamos la menor idea de lo que iba a pasar después de esas dos palabras ¿Y cómo la tendríamos si apenas teníamos 15 años?

Cuando te acercaste y comenzamos una plática que parecía eterna, la química se podía sentir a kilómetros de distancia y lo único que queríamos era seguir conociéndonos. Recuerdo que  me contaste un secreto que te estaba atormentando desde hace tiempo y fue entonces cuando te vi... cuando realmente te vi vulnerable y honesto, frente a una persona en la que sentiste apoyo. A pesar que recién nos conocíamos, los dos sentíamos que en aquel momento estábamos completos y felices.

Al pasar el tiempo nos fuimos distanciando por cosas de la vida, nada estuvo en nuestras manos, por más que quisiéramos cambiarlas, no se podía, porque era el orden de la vida y así fue como tú seguiste tu camino y yo el mío.

Durante 6 años supe muy poco de ti, durante las comidas y reuniones escuchaba que te mencionaban y moría de ganas por buscarte, pero los dos sabíamos que por alguna razón, nos habíamos encontrado muy poco durante esos años y aunque el sentimiento siempre estuvo presente, fuimos conscientes de que no era nuestro momento y que cada uno debía de vivir ciertas experiencias para crecer.

Se acercaba mi cumpleaños 21 y me dedique a juntar a todos mis amigos para ir a celebrar, una de las ventajas que tenemos es que compartimos a los mismos amigos y era de esperarse que alguien te invitará. Y así fue, llegaste y no podía dejar de sonreír como niña chiquita, no podía creer que estuvieras allí después de tanto tiempo y te recibí con un gran abrazo, esos que te hacen sentir como en casa.

Tú regresabas de Oxford y escuchar tus historias era lo único que quería ese día. Recuerdo que pasamos horas hablando y que el sentimiento no desapareció. Pasaron los días y cada vez nos frecuentamos más. Al principio era con excusas como regresarte el suéter, ese que me habías prestado hace 6 años, pero después no necesitábamos decir nada y solo pasamos los días y noches juntos.

Debo admitir que los años que estuvimos juntos me enseñaste cosas que nadie más había logrado, me enseñaste a vivir sin prisa y a disfrutar cada momento, comprendí que no necesitaba comerme al mundo y que todavía me faltaba mucho por vivir y aprender. Siempre quisimos ser la mejor versión de nosotros, para nunca fallarnos, sin embargo las cosas no siempre resultan como queremos.

A pesar de que ya no estamos juntos como pareja, los dos aprendimos que el amor que nos tenemos será eterno y que por el momento fue buena decisión estar el uno para el otro como amigos, porque realmente nunca fuimos de título, pero sí de sentimientos. Muchas veces pensamos que cuando se acaba una relación, los sentimientos se desvanecen, pero en realidad estos se transforman y no se pierden.