Por que se lanza el ramo.
Uno de los momentos más esperados, por los invitados a la fiesta de bodas, es el lanzamiento del ramo. Ya sea como una señal de esperanza o una indirecta para la pareja, esta tradición forma parte importante del festejo, pero, te has preguntado ¿cuál es el origen de esta práctica?
Cambiando tradiciones
Para dar respuesta a esta interrogante, el viaje en el tiempo es largo y poco preciso, ya que no se cuenta con una fecha exacta de inicio de esta costumbre. Sin embargo, de lo que se conoce, se puede decir que fue en Francia, durante el siglo XIV.
En aquellos tiempos, el lanzamiento del ramo no era acostumbrado, sino que los invitados varones debían perseguir a la novia, con el fin de despojarla de la liga de su pierna. Misma que no sólo significaba la pureza de la novia, sino que también otorgaría buena fortuna a quien la obtuviera tras la persecución.
Debido a la incomodidad que causaba el hecho de ser perseguida y manoseada, algunas mujeres optaron por quitarse voluntariamente la prenda y lanzarla a los caballeros. Aunque a las autoridades eclesiásticas no les agradó la idea de que volaran prendas íntimas dentro del terreno de la iglesia.
Como medida solucionadora, la liga sería reemplazada por el ramo, situación que incomodaría a los hombres, cambiando de rol con las invitadas al festejo, aunque permanecía el significado de buena fortuna a quien atrapara las flores.
El paso del tiempo
Con el correr de las generaciones, el significado de suerte se transformaría en un indicador de la siguiente novia, dando como resultado la tradición que conocemos hasta nuestros días. Aunque esto sólo es parte de la nueva interpretación.
Ya que el lanzamiento de liga permanece, aunque se realiza fuera del terreno de la iglesia y no es la novia la que lo realiza, sino el novio, quien lo arroja a la multitud masculina, aún como símbolo de buena fortuna y señalando un futuro casamiento.
Como se puede ver, esta costumbre nupcial es otra de las tantas que esconde una historia muy diferente a como la conocemos en la actualidad. Así que cuando llegue tu momento de lanzar el ramo o la liga, ya sabes de donde proviene este acto de difusión de la buena suerte en el amor.
Cambiando tradiciones
Para dar respuesta a esta interrogante, el viaje en el tiempo es largo y poco preciso, ya que no se cuenta con una fecha exacta de inicio de esta costumbre. Sin embargo, de lo que se conoce, se puede decir que fue en Francia, durante el siglo XIV.
En aquellos tiempos, el lanzamiento del ramo no era acostumbrado, sino que los invitados varones debían perseguir a la novia, con el fin de despojarla de la liga de su pierna. Misma que no sólo significaba la pureza de la novia, sino que también otorgaría buena fortuna a quien la obtuviera tras la persecución.
Debido a la incomodidad que causaba el hecho de ser perseguida y manoseada, algunas mujeres optaron por quitarse voluntariamente la prenda y lanzarla a los caballeros. Aunque a las autoridades eclesiásticas no les agradó la idea de que volaran prendas íntimas dentro del terreno de la iglesia.
Como medida solucionadora, la liga sería reemplazada por el ramo, situación que incomodaría a los hombres, cambiando de rol con las invitadas al festejo, aunque permanecía el significado de buena fortuna a quien atrapara las flores.
El paso del tiempo
Con el correr de las generaciones, el significado de suerte se transformaría en un indicador de la siguiente novia, dando como resultado la tradición que conocemos hasta nuestros días. Aunque esto sólo es parte de la nueva interpretación.
Ya que el lanzamiento de liga permanece, aunque se realiza fuera del terreno de la iglesia y no es la novia la que lo realiza, sino el novio, quien lo arroja a la multitud masculina, aún como símbolo de buena fortuna y señalando un futuro casamiento.
Como se puede ver, esta costumbre nupcial es otra de las tantas que esconde una historia muy diferente a como la conocemos en la actualidad. Así que cuando llegue tu momento de lanzar el ramo o la liga, ya sabes de donde proviene este acto de difusión de la buena suerte en el amor.
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